¿Ser «inteligente» o «aprovecharse del sistema»?

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jueves, 13 de octubre, 2016

En el debate presidencial el domingo pasado entre candidatos Hillary Clinton y Donald Trump, surgió otra vez el tema de los impuestos de Trump.  Como Trump no ha divulgado sus declaraciones de impuestos, el público no sabe si ha pagado impuestos federales en años recientes.  Sin embargo, recientemente se filtró su declaración de 1995, en la que declara una pérdida de 916 millones de dólares, lo cual sugiere que podría haberlo evitado por muchos años.  Además, el candidato mismo dijo en el debate domingo que usa sus pérdidas para evitar pagar impuestos.  Pero aprovechar de una provisión del código tributario de esta manera, indicó en el primer debate, demuestra que es «inteligente».  No sólo sus portavoces sino también muchos ciudadanos ordinarios parecen estar de acuerdo.  ¿Quién le da dinero al gobierno aunque puede arreglar sus finanzas para no necesitar hacerlo?

Por supuesto, la justificación de Trump es insincera.  Habla como si sólo siguiera las provisiones de algo para lo que no tiene ninguna responsabilidad; la realidad es que él y muchos otros ricos contribuyen a campañas políticas para influir legislación tributaria.  Además, que algo sea legal no significa que es moral.  Multimillonario Warren Buffet, por ejemplo, ha argumentado que los ricos deberían pagar más impuestos en vez de menos.  La declaración de Trump que lo que ha hecho es «inteligente» es obviamente problemática.  Pero aceptemos, a modo de argumento, su definición de inteligencia—sacar provecho de las reglas o leyes de una sociedad para ganar más dinero o pagar menos.  Entonces, ¿quién más puede considerarse «inteligente»?

Considera, por ejemplo, gente en edad de trabajar que no lo hace por discapacidades y recibe pagos de seguro social para mantenerse.  En la mayoría de los casos, sus limitaciones físicas o mentales realmente no les permiten trabajar.  Pero hay los que tienen diagnósticos bastante comunes, problemas que tienen otros que trabajan regularmente—dolor de espalda, por ejemplo.  Como descubrió la reportera de NPR (Radio Pública Nacional) Chana Joffe-Walt, con frecuencia «se trata de un juicio subjetivo hecho en una oficina médica».  Es decir, hay los que en teoría «podrían trabajar» en algún tipo de puesto pero que tienen la habilidad o el conocimiento o la suerte de acudir a doctores que los diagnostican con discapacidades.  Esto, por supuesto, le da rabia al público por lo general.  Dice con fastidio, ¿por qué reciben beneficios del gobierno cuando podrían trabajar?  Incluso en la agencia benéfica en la que yo trabajaba, escuchaba a otros voluntarios criticar a los pobres que—en su opinión—se encontraban en estas circunstancias.  Pero usando la lógica de Trump, no es su decisión «inteligente»?  Se podría preguntar—en la vena de los comentarios sobre los que no pagan impuestos si pueden evitarlo aprovechando de alguna estipulación tributaria—¿quién trabaja si no necesita hacerlo?   Deberíamos considerar a esa gente «inteligente».

En otros casos, se trata de gente que recibe beneficios concretos—comida, juguetes para sus hijos en la Navidad, ropa—de programas de caridad.  Estos programas, por supuesto, se destinan a ayudar a gente pobre que no puede comprar estas cosas; en muchos casos, hay requisitos de ingresos para recibir ayuda.  Otros programas, sin embargo, no tienen estos requisitos, aunque sea obvio que su propósito es ayudar a los pobres.  Por supuesto, programas así a veces atraen a los que, estrictamente hablando, no necesitan esta ayuda (aunque sean pobres).  Como la situación con los que reciben seguro social pero «podrían» trabajar, este fenómeno le da rabia al público y a muchos que trabajan para agencias benéficas.  «Están aprovechándose y no es justo», dicen; «¿por qué si pueden comprar algo quieren recibirlo gratis?»  Pero usando la lógica de Trump en sus comentarios sobre impuestos, ¿por qué no?  No representa fraude; las provisiones de los programas permiten esto y entonces ¿no es «inteligente» recibir algo gratis en vez de pagar por ello?  ¿Quién pagaría por algo si pudiera tenerlo gratis?

Mi punto, obviamente, no es justificar el comportamiento de Trump ni de los que se aprovechan de otros programas públicos y privados, aunque sea legal.  Ni estoy diciendo que la «inteligencia» definida así es algo admirable; calculaciones sin consideración moral deben criticarse.  Quiero llamar la atención al estándar doble que hace que la gente considere un tipo de decisiones «inteligentes» en el caso de personas ricas y lo llame «aprovechándose del sistema» en cuanto a los pobres.  De hecho, se podría decir que deberíamos criticar más a los ricos que lo hacen, dado que sus decisiones «inteligentes» nos cuestan mucho más.

Foto: freeimages.com/Cameron H

Reportaje de Chana Joffe-Walt (NPR): http://apps.npr.org/unfit-for-work/