Las escuelas de «ellos»

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viernes, 26 de agosto, 2016

En un discurso reciente en Michigan, Donald Trump dirigió algunas preguntas a los votantes afroamericanos. (Por lo menos explícitamente apeló a este grupo; dado que su audiencia era predominantemente blanca—como la gran mayoría de sus seguidores—algunos comentaristas han sugerido que realmente se dirigió a los blancos.)  «¿Qué tienen que perder por intentar algo nuevo, (algo) como Trump?» dijo.  «Están viviendo en la pobreza.  Sus escuelas no son buenas.  No tienen trabajo. . . ¿Qué demonios tienen que perder?»

Muchos han comentado sobre la ignorancia, condescendencia, y racismo de este comentario—basado en mentiras y distorsiones—y no pretendo repetir sus argumentos acertados.  Pero como la madre de dos hijos que asisten a escuelas públicas y diversas, me llamó la atención la descripción de «sus escuelas».  Por un lado, esta frase revela una perspectiva que desafortunadamente es bastante común entre la gente blanca en los EEUU, incluso gente que se considera progresista.  Al mismo tiempo, la frase se basa en una actitud muy problemática sobre la segregación en las escuelas públicas de los EEUU.

Es muy tentador descartar muchos de los comentarios de Trump—qué extremo, qué racista—pero en algunos casos, su retórica vulgar y fea representa la actitudes de muchos blancos en los EEUU, aunque no reconozcan sus ideas en las palabras explicitas del candidato.  La descripción de «sus escuelas»—las escuelas de los afroamericanos—no le parece tan poco común a la gente que, como yo, ha tenido conversaciones con gente blanca sobre las escuelas públicas.  Aunque no se lo diga abiertamente, muchos blancos, incluyendo los que se consideran tolerantes y abiertos, presumen que una escuela con muchos estudiantes afroamericanos es una escuela mala.  Esto sin realmente tener una idea sobre la calidad de la escuela; la presencia de muchas personas de razas minoritarias les hace concluir que la escuela no puede ser buena.

No diría algo tan pesimista si no hubiera experimentado estas actitudes de primera mano.  En las escuelas secundarias de mis hijos—nuestras escuelas del barrio—los estudiantes blancos representan menos de la tercera parte del alumnado.  Cuando estábamos al punto de matricularlos en las escuelas, recibimos muchas preguntas de otros padres.  «¿Estás segura que es una buena escuela?» me han preguntado con frecuencia, incluyendo ahora después de algunos años de asistencia.  Podrían haber buscado información sobre las escuelas por su propia cuenta, pero por lo visto la presencia de estudiantes de color (en nuestro caso, afroamericanos, latinos, y asiáticos) les hacían presumir que las escuelas eran malas.  Muchos padres blancos de nuestro vecindario y de la escuela primaria de mis hijos decidieron optar por otras escuelas supuestamente mejores o más apropiadas para sus hijos, aunque en muchos casos tienen peores resultados.  Normalmente no mencionan el asunto de estudiantes minoritarios sino hablan de otros factores como un programa especial, pero sospecho que tiene que ver con la diversidad étnica de nuestras secundarias.  Me parece raro; la escuela preparatoria en particular tiene resultados muy buenos y cada año muchos estudiantes son aceptados por universidades prestigiosas.  Pero la reacción parece tener poco que ver con estos factores.

Mi experiencia no es única.  Bloguera Abby Norman recibía las mismas reacciones de vecinos y amigos blancos que no quieren que sus hijos asistan a la escuela del barrio en la que la hija de Norman es una de dos estudiantes blancos.  Como Norman observa, esta gente busca experiencias con la diversidad para sus hijos, pero no quieren una escuela afroamericana.  «Todavía quieren una escuela blanca», nota, «pero una en la que otros niños no blancos también participan.»  Ella, como yo, sabe que muchos de los que hablan de estas escuelas «inaceptables» nunca las han visitado.  Hemos descubierto que desafortunadamente mucha gente comparte la opinión equivocada y despectiva de Trump que las escuelas con estudiantes de color son malas.

Pero hay algo más en esta frase «sus escuelas».  No «nuestras escuelas que sirven a los estudiantes afroamericanos» ni «las escuelas públicas a las que sus hijos asisten».  En el discurso de Trump—desde la perspectiva de Trump—es normal que haya escuelas que pertenecen a los afroamericanos y otras para los blancos.  Por supuesto, la segregación en las escuelas públicas es una realidad triste, pero esta manera de hablar la acepta como algo natural.  Desde esta perspectiva, no es algo que deberíamos cambiar ni un resultado de racismo.  Y, significativamente, él propone que se necesita el apoyo de una persona blanca para mejorar «sus escuelas».

Como mucho en la campaña de Trump, sus comentarios sobre las escuelas afroamericanas revelan actitudes racistas que son más comunes de lo que nos gustaría creer.  Mientras la gente blanca en los EEUU acepte la segregación como algo inevitable y piense en escuelas con muchos estudiantes de color como las escuelas de ellos—en vez de nuestras escuelas que debemos apoyar—la segregación seguirá y todos perdemos.

Foto: freeimages.com/matteo canessa

http://www.diariolasamericas.com/eeuu/trump-votantes-afroamericanos-que-demonios-tienen-que-perder-n4100991

Artículo de Abby Norman: http://www.huffingtonpost.com/abby-norman2/why-white-parents-wont-ch_b_8294908.html (las traducciones son mías)